La chispa de la (mala) vida

Se veía venir. Al final, esta Coca-Cola nos ha salido sin una puñetera gota de gas. Ni una burbujita que llevarse al mísero gaznate. Pachuli 'azuloscurocasinegro' reconvertido en bebedizo que ni para los peces del río, esos que beben, y beben, y vuelven a beber todo lo que les echen, sobre todo por Navidad. Aunque me temo, por sus últimos '¡plops!' facebookeados, que ellos también han aceptado el reto de Pepsi, de momento y hasta que los de la multinacional rival les dé por empezar a echar al personal como ya han hecho, de golpe y porrazo, los 'cocacoleros'. 

Es lo que nos toca. Pasar este mal trago de una maldita vez, como nos tocará pasar muchos otros. Se acabaron las grandes multinacionales. Llega la hora en que Derribos Arias es algo más que un grupo de los tiempos de La Movida. En resumen: 1.190 trabajadores están a punto de verse en la calle porque a la compañía se la suda lo que ocurra con sus familias. Y los sindicatos, ahí están, intentando nadar contra la corriente de este 'tsunami' que todo lo arrolla. Pasan estos 'cocacoleros' de reunir al hombre más viejo de España con la más joven a juntar a todos sus curritos en la cola del paro. Para que luego digan que lo suyo no tiene magia...

Coca-Cola. ¿Cómo pasar de la chispa de la vida a la 'puritita muerte' de los empleados? La guerra se encona en un ERE sin acuerdo y, por su parte, la embotelladora avisa: puede endurecer los despidos. Ahí están. Riéndose del personal a carcajadas. Venden despidos con indemnizaciones de 30 días por año y 18 meses de tope como si fuese la gran oportunidad de sus futuros días de parados. Sin asambleas, por supuesto. ¿Para qué discutir lo indiscutible? Qué 'cracks'. Reparten su miseria y nos atragantan a todos con su brebaje envenenado. ¿Y el secreto? ¿Era éste el secreto de la Coca-Cola que tanto nos habían vendido como la panacea del capitalismo? ¿Estamos ante su fórmula secreta? Casi 1.200 trabajadores a la calle. A la refrescante y burbujeante puta calle. Directos a las oficinas del Inem, que es donde acabaremos todos mirándonos en silencio con esta cara de gilipollas que se nos queda a medida que la bola de nieve crece y crece y crece.

Eso sí, Rajoy sigue empeñado en que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte de España va bien, o empieza a ir bien. Sobre todo para los 'mangantes' de su partido, que suman legión. ¡Manda huevos!