La embotelladora única asume su error

Coca-Cola Iberian Partners suavizará su ERE para poder salir a Bolsa después

La embotelladora única asume su error en todo el proceso empresarial iniciado

13/02/2014

En plena negociación del ERE, que ya contemplan 750 despidos y 500 recolocaciones de los 1.250 despidos iniciales, Coca-Cola Iberian Partners, la embotelladora de la marca estadounidense, planea salir a Bolsa para financiar su expansión internacional. Para ello, saben que deben finalizar cuanto antes y con el menor coste posible el conflicto laboral que tienen encima de la mesa, por lo que están rectificando su postura inicial para hallar una salida que les permita cerrar su estrategia empresarial. Por el momento, se asume el error en la forma de desarrollarla, ya que el expediente no responde a problemas económicos ni tecnológicos y, aunque la ley contempla la reorganización, rara vez los jueces lo aceptan si la empresa cuenta con medios para costearlo.

    El problema de fondo de Cocacola Iberian Partners fue que había hecho una apuesta fue fuerte a medio plazo y se ha encontrado metido en un conflicto laboral que no esperaba. La estrategia de futuro de la embotelladora de Coca-Cola pasa por salir a bolsa en España y crecer en el exterior, según explica a www.eleconomista.es el presidente de la multinacional en España, Marcos de Quinto. Para conseguirlo necesitaba aumentar de tamaño y por ello se fusionaron las siete embotelladoras de la marca existentes en nuestro país.

    Si no lo hubieran hecho, el negocio de España se lo hubiera quedado alguna de las tres grandes embotelladoras de la firma en el mundo: Enterprises, Hellenic y Femsa. Una vez que ganó tamaño, Iberian Partners, la embotelladora española, se encontró con una serie de duplicidades que exigían una reorganización.

   Su error fue pensar que podría cargar el coste de la reorganización sobre sus propios trabajadores y a cuenta del presupuesto del Estado, a pesar de tener beneficios, lo que le ha provocado no sólo un conflicto laboral y de imagen, sino que hasta el propio Gobierno central se ponga en contra de ella, sin olvidar que será difícil justificar ante los tribunales unas medidas con tan alto coste social obteniendo beneficios.

    Por ello, pese a que continúan las protestas y las huelgas en las plantas que deberán cerrar, se espera que las negociaciones puedan ir limitando asperezas a nada que ambas partes estén de acuerdo en alcanzar un acuerdo. Por el momento, los sindicatos exigen la retirada del ERE, amparados por el respaldo institucional de las administraciones. Por parte de la empresa, que se aume su equivocación, ya se baraja que deberán flexibilizar no sólo los despidos, sino las cantidades a pagar en el caso de que los haya.

    Todo le vale para conseguir cerrar este obstáculo en su estrategia comercial, que no es otra que poder acudir a Bolsa.