La valoración de las embotelladoras pone en duda el reparto de poder en Coca-Cola
La valoración que Rothschild hizo de las siete embotelladoras de Coca-Cola en España está poniendo en duda el reparto de poder en Iberian Partners, la empresa resultante de su fusión. Tal y como adelantó ayer elEconomista, Sol Daurella, dueña de la catalana Cobega, encargó la auditoría para la valoración de los activos a su marido, Carles Vilarrubí, que trabaja como vicepresidente ejecutivo de Rothschild, y que orquestó toda la operación.
Fuentes próximas al embotellador han asegurado a este periódico que existe malestar entre los accionistas de algunas de las otras embotelladoras, sobre todo en Casbega, porque, según dicen, el reparto no ha sido equitativo. El problema se agrava, además, porque, según las fuentes consultadas, los Daurella y los Gómez Trenor, antiguos dueños de la embotelladora valenciana Colebega, pactaron quedarse con el control de la compañía y consolidar con más líneas de producción las fábricas de Barcelona y Valencia, frente a la de Fuenlabrada en Madrid.
Luchas internas
Tras la valoración hecha por su marido, Sol Daurella y su familia se hicieron con un 42% del accionariado de la nueva empresa y los Gómez Trenor con otro 20%. Es decir, que suman un 62%, frente a los Urrutia, los Comenge y los Mora Figueroa, que se quedaron un 10% cada uno, quedando el resto en manos de los minoritarios.
A raíz de eso, Cobega y Colebega acaparan la presidencia (Sol Daurella) las dos vicepresidencias (Juan Luis Gómez-Tenor y Mario Rotllant) y el puesto de consejero delegado (Victor Rufart). Pero es que, además, cuentan con trece de los 24 puestos ejecutivos en el segundo escalafón que ya han sido nombrados, frente a sólo tres de Casbega, incluido el del director de la zona centro.
El secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT, Antonio Deusa, denunció ayer en este sentido la existencia de "luchas internas" y "conflictos de interés" en la empresa, insistiendo en cualquier caso en que la prioridad deben ser los trabajadores.
Según un informe del sindicato, con datos de la propia compañía, las fábricas de Coca-Cola en España, incluso las que están amenazadas de cierre (Fuenlabrada, Oviedo, Alicante y Palma de Mallorca) trabajan con márgenes muy elevados, del 48% de media. Este margen -la diferencia entre el precio al que compran el concentrado para su elaboración y la venta del producto final- se situó al cierre de 2012 en el 52,5% en el caso de la embotelladora Colebega; el 50,9% en Begano; el 49% en Casbega y Norbega; el 47,6% en Cobega: el 44% en Rendelsur y el 38% Asturbega. Los gastos de personal representaron menos del 11% de la cifra de ventas.
El consejo de administración de Iberian Partners tiene previsto reunirse esta semana para decidir la forma en la que aplica el ERE ante la falta de acuerdo con los trabajadores. Tanto UGT como CCOO han anunciado ya su impugnación ante la Audiencia Nacional.
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