Curtichs no ejerce, en cualquier caso, como portavoz oficial, una responsabilidad que recae en otra persona. Su labor consiste en asesorar tanto a Daurella como a su marido, Carles Vilarrubí, un empresario afín a CiU y amigo personal de Jordi Pujol.
Ni este periódico ni su director van a amedrentarse por las amenazas y seguirán informando puntualmente a sus lectores sobre todas las informaciones referentes a Coca-Cola, su embotelladora y su plan de reestructuración, que supone el cierre de cuatro fábricas en España.
Precedentes
Desde la cúpula de la embotelladora se ha intentado ya en las últimas semanas buscar distintas vías para presionar e intentar parar las informaciones que ha ido dando este periódico, sobre todo tras publicar el pasado día 27 de enero que Daurella manejaba su patrimonio desde una sociedad instrumental en Luxemburgos por motivos fiscales.
Daurella es la administradora única de Begindau, una sociedad que contaba a 31 de diciembre de 2012 con un patrimonio de algo más de 150 millones de euros y cuya matriz es Indau Sarl, domiciliada en el Gran Ducado. Es una operativa legal, pero con la que, según todos los expertos consultados por este periódico, Daurella sólo tiene un objetivo: buscar un ahorro en su factura fiscal en España.
La dirección de Coca-Cola Iberian Partners intentó por todos los medios parar esa información, que veía la luz justo cuando se estaba negociando un Expediente de Regulación de Empleo que afecta a 1.250 trabajadores y que, en ese momento, suponía el despido de 700 personas, después de haber ganado más de 800 millones de euros en los tres últimos años.
Prueba de que este periódico ni cedió ni va a ceder a las presiones que pueda haber es que apenas unos días después, el 8 de febrero, se publicó que Begindau ha declarado en los últimos diez años un beneficio antes de impuestos de 117,5 millones de euros y que según las cuentas anuales depositadas por la compañía en el Registro Mercantil, durante ese periodo -entre 2003 y 2012- sólo ha pagado a Hacienda en concepto de impuesto de sociedades un total de 1,02 millones gracias supuestamente a créditos fiscales.
En la práctica, eso supone que ha tributado por un 0,8% del total de las ganancias.
La firma patrimonial de Daurella cerró el ejercicio 2012 con un beneficio de más de 23 millones de euros, lo que supone once veces más respecto a los poco más de 2 millones que ganó en 2008, justo antes del inicio de la recesión.
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